lunes, 13 de julio de 2009

Último bosque (Geo)

Teseo la busca entre los árboles. Lentamente, sus miembros se acostumbran a la desesperación de buscar en el cielo olvidado la estrella sin contorno.

Un sin número de troncos, elevados como hombres sin brazos, destrozan la luz de la noche que se chorrea sobre la tierra. Los guardianes de la inmensa extensión rezan y cantan para que la prisionera desnuda descanse hasta llegar la mañana. Luego envían a sus hojas un mensaje líquido de savia, para que el follaje se multiplique y Teseo renuncie a la obstinación insensata de encontrar a Ariadna.

La princesa es saboreada desde lejos. Sus piernas enredadas entre las ramas, provocan el silencio de todo un bosque que detiene sus murmullos taciturnos para verla levitar como una pluma en la oscuridad. En su sueño Ariadna sueña y de tanto soñar su piel se torna cada vez más lisa hasta alcanzar la tersura de los peces que todo el tiempo sueñan.

Bajo la copa del árbol en que duerme la princesa descansa adormecida una de las parcas. Y tiene los labios gruesos como quién no ha besado nunca, y las piernas cortas por haber estado sentada toda la vida cortando hilos, obsesionada con el destino trágico de los que siempre mueren. Esos, los que nacieron y ya desde el principio conocieron el final de su destino: la línea que es finita y siempre acaba en alguna parte.

Teseo oye la canción del pájaro nocturno y lo confunde con Ariadna. Corre en busca de esa lámpara que es el sonido. Pero la música queda lejos y el camino está lleno de ramas o de brazos, con los que se tropieza. Los guardianes extienden sus ramas y bloquean todas las bifurcaciones. Teseo da vueltas y la silueta de la princesa, su sombra perfecta se dibuja en la triste escena lunar, dónde todos los árboles ríen mientras la observan morir de pie, entre la hierba.

Y con ella, con su cuerpo que es un río de hielo plantado en la espesura, se van todos los rayos y las luces y la alondra que se estrella como los astronautas. Adiós Ariadna. La parca desquiciada, la parca coronada ha cortado el hilo desde su antesala, donde ahora reina el silencio.

11 comentarios:

Los del Fondo, colectivo de escritores dijo...

Qué decir…me parece muy bello el latir de este cuento. La lectura de la prosa me arrastró con su ritmo. Un ritmo y una melodía que son, intuyo, los hijos más legítimos de la respiración literaria de Geo.

Encuentro, también, una sensibilidad exquisita a la hora de pincelar los recursos literarios. Me fascinó, por ejemplo, la persuasión de estas imágenes sensoriales:
-“Sus piernas enredadas entre las ramas, provocan el silencio de todo un bosque que detiene sus murmullos taciturnos para verla levitar como una pluma en la oscuridad”.
- “…de tanto soñar su piel se torna cada vez más lisa hasta alcanzar la tersura de los peces…”

Haré, si me lo permiten, sólo un par de sugerencias (siempre en virtud, claro está, de la musicalidad del texto). Me parece que es conveniente, por un lado, revisar la ubicación de algunas comas y, por el otro, extirpar ciertos calificativos que, según creo, hacen apenas un leve ripio sobre la sonoridad de las oraciones.

Y ya para concluir, me resta subrayar la destreza elíptica de esta historia, hecho que considero fundamental a la hora de realzar la belleza del relato. El cuento, como todos sabemos, nos remite a la figura mítica del Minotauro. Sin embargo, en las distintas versiones del mito griego –al menos las versiones que yo recuerdo- es Minotauro, no Ariadna quien muere y Teseo no busca a la princesa, sí a la bestia que reina sobre el laberinto. Es tal vez por eso que me resulta tan encantadora la forma de voltear la lente narrativa sobre la muerte de Ariadna (factor que, según entiendo, aporta a este cuento una delicia metafórica de la que carece el mito original). Similar es el procedimiento técnico del que se han valido frecuentemente por los narradores de la segunda mitad del siglo XX, con el fin muchas veces, de enriquecer o de reformular la significación de los mitos y las leyendas. En “La casa de Asterión”, por ejemplo, Borges sugiere más que el asesinato, el suicidio del Minotauro. En este sentido -y volviendo a “El último bosque”-: ¿Ariadna muere de dolor al soñar el abandono de Teseo…? ¿No será la muerte de Ariadna más que una alucinación de Teseo? ¿Será que Teseo, fiel a su destino de héroe trágico, ha logrado estrangular a la bestia y con ella ha muerto también su amor por Ariadna…?

En fin, muchas son las interpretaciones que pueden dispararse a partir de las distintas lecturas que cada uno haga de este cuento. Y en tal plurisignificación reside, justamente, el valor delicadamente sugerente del final que Geo ha dado a su propia historia.

Vanesa

G. dijo...

Qué tal, cómo va? Este cuento la verdad me produjo mucha extrañeza. Creo que es muy bueno por lo musical, crea climas muy copados y maneja la prosa con un cierta letanía que no se desdibuja a lo largo del relato. La extrañeza quizá venga por el modo en que trata a sus personajes, con algo de altura que es al mismo tiempo, mucha pena. Me gusta; quizá (a modo de sugerencia) convenga revisar por si acaso, algunas frases que repiten una misma palabra que tiene la misma raíz: por ej, "soñar" en "En su sueño Ariadna sueña y de tanto soñar su piel se torna cada vez más lisa hasta alcanzar la tersura de los peces que todo el tiempo sueñan."

En fin, creo que el texto merece más de una lectura. He hecho como 3 y aún así hay recovecos que seguir observando. Felicitaciones.

Guillermo

Los del Fondo, colectivo de escritores dijo...

Guillermo, gracias por la sugerencia. Voy a revisar esa frase, aunque en realidad al leer el cuento terminado me pareció que se daba una suerte de aliteración que me gustó bastante..igual voy a probar otras cosas.


Abrazos.

Geo.

Los del Fondo, colectivo de escritores dijo...

Vanesa, siempre he tenido problemas con las comas, voy a revisar el texto, seguro hay muchas que sobran.

Por otro lado, podrías marcarme algunos de los calificativos que te molestan al momento de leer el cuento?


Gracias.


Geo

Los del Fondo, colectivo de escritores dijo...

Geo,en estos días, estaré enviándote -vía email- un adjunto con tu cuento y mis sugerencias marcadas ahí mismo, sobre la base de tu escrito (por cuestiones de tiempo y practicidad me resulta más fácil hacerlo así, que explícártelas en el blogs). Aunque te advierto que el cuento está muy bien y que sólo puedo hacerte sugerencias (ésto es: si no te sirven mis observaciones, no les pases ni cinco de pelota...)

El tema de la puntuación es más complejo de lo que parece. Al menos a mí me cuesta muchísimo. Si bien hay normas que recomiendan los usos convenientes, no son más que reglas generales. Además, la literatura se ha caracterizado por quebrar muchas de esas normas gramaticales. Pero en este terreno, conviene andarse con algunos cuidados (al decir de los maestros: "para transgredir las normas, primero hay que conocerlas"). Si te interesa el asunto, avisame para que te acerque el material teórico que tengo. Igual, más allá de esa teoría, está bueno que leas y aprendas de los que saben. Borges, por ejemplo, es im-pre-sio-nan-te a la hora de manejar la puntuación. Te sugiero que elijas uno de sus escritos, cualquiera, y los leas en voz alta. Ahí te vas a dar cuenta de todo.
Vanesa

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Los del Fondo, colectivo de escritores dijo...

Hola Geo. me gustó mucho tu cuento. Está revestido de una atmósfera de tragedia y nostalgia y, como siempre pasa con tus cuentos, recurre al uso de metáforas tan bellas como polisémicas. Otra vez me sentí en la invisible frontera entre la prosa y la poesía; si bien el texto tiene una marcada estructura narrativa, no obstante maneja recursos muy propias de la poesía. Quizás por eso, la primera vez que lo leí me parecío bello y profundo pero, sentado frente a la compu, cuando me pregunté cuáles eras sus principales elementos (personajes, conflicto, argumento, estructura narrativa, etc.) no supe que responderme y tuve que releerlo para tomar nota de ellos. Después de eso me dí cuenta de que estaban ahí, ocultos entre el frondoso follaje de la poesía y, entonces, el hemisferio izquierdo de mi cerebro se quedó tranquilo.

Encontré algunas cacofonías y repeticiones verbales que me hicieron mucho ruido y, además, como decía Vanesa o guille, yo revisaría un poco la puntuación. Incluso en algunos casos se puede llegar a profundizar mucho el impacto de la prosa en el lector mejorando algunos aspectos referidos a la puntuación.

En fin, muy buena prosa poética. Me gustó.

PD: Vanesa, si querés o podés, podrías pasarme el material digital que tenés sobre puntuación así lo cuelgo en nuestra biblioteca digital.

Abrazo

Javier

Anónimo dijo...

Antes que nada: ¡PERDÓN POR LA DENSIDAD! Sé, a esta altura, que tanta verborrea terminará por matarme. Je, je. Pero necesito compartir con ustedes una gran satisfacción respecto del grupo de blogs.
Me alegra muchísimo que estemos indagando nuevas posibilidades de enriquecer los debates y que comiencen a surgir “temas clave” de la escritura. Digo esto, porque estoy de acuerdo con que “el saber no existe al margen de las personas”. Pues no hay nada absoluto en el terreno del conocimiento y menos en el de la literatura. Tanto las investigaciones lingüísticas, las normativas gramaticales o cualquier librito que pretenda aportarnos el ABC de la escritura literaria, no harán más que ofrecernos aportes parciales. No serán más que patrones que se ajustan a la generalidad de los usos. Además, la literatura (por ser justamente un modo de expresión de la propia singularidad) está muchas veces entre las rendijas de esos casos y suele huir voluntariamente de todo tipo de generalidades. Y es por ello que considero muy importante analizar la particularidad de nuestros escritos a la luz de generalidad de los usos.

(Continuará...)

Anónimo dijo...

Capítulo II

(...y no creo que tengan muchas ganas de que les recuerde las uíltmas escenas del capítulo I...)

Para no pecar de abstracción, daré un ejemplo que espero, sirva a la hora de graficar lo dicho. A ver, tomaré el tema de la repetición. Las gramáticas funcionales (entiéndase por aquéllas que apuntan a la redacción de textos de valor científico o documental) nos enseñan que en un párrafo no está bien repetir una y otra vez la misma palabra. La literatura, en cambio, nos dirá que la repetición es uno de los tantos recursos literarios disponibles para embellecer lo que se quiere decir (polisíndeton, anáfora, conversión, derivación, concatenación, etc). Y es en este sentido que me permito disentir con Guillermo. Pues no veo en la sensación de extrañeza –que no es otra cosa que la dificultad de la lectura- la responsabilidad de la repetición: “En su sueño Ariadna sueña y de tanto soñar su piel se torna cada vez más lisa hasta alcanzar la tersura de los peces que todo el tiempo sueñan”. Yo veo aquí una figura de dicción que está muy bien empleada. Me refiero al recurso retórico de la “derivación” que consiste, precisamente, en la reiteración de palabras con una misma raíz. Intuyo que lo que origina la extrañeza que Guillermo menciona, al menos en esta oración, no es la repetición literaria. Puede que sea la forma de organizar la estructura sintáctica (véanse las relaciones de coordinación y subordinación de las frases).
Lo que hay que preguntarle a Geo es si ella ha elegido ese orden sintáctico deliberadamente, con el fin de producir una atmósfera enrarecida o si simplemente le ha salido así, es decir que no estaba en sus planes extrañar a ningún lector. Porque a veces puede tratarse de una búsqueda artística que se propone hacer detener al lector para que se vuelva y relea; otras -como muchas veces me sucede a mí con mis textos- la rareza deviene de un modo poco claro de conectar las ideas al nivel de la sintaxis oracional.
En fin, creo que son muchos los asuntos importantes que merecen, a toda honra, la denominación de “temas clave” para la escritura. Y creo que estos temas requieren del debate y de la revisión de los usos singulares que surjan a partir de nuestros escritos. Me parece que tenemos en el blogs una suerte de “rating” con cuestiones que salen y vuelven a salir bajo distintos rótulos o denominaciones: la prosa poética, la adjetivación, el uso de los gerundios y de los adverbios, la puntuación, la narratividad, los recursos literarios, la redacción rebuscada, etc.
Si bien es cierto que ponerse a investigar y a discutir sobre ciertas cuestiones implica que le dediquemos más tiempo a este espacio (y no siempre se puede), creo que no hay otro modo de avanzar. Es probable que me equivoque, pero propongo, primero, que le pidamos a Vicente material sobre cuál o tal tema (el material nunca vendrá de más). Y en segundo lugar, propongo que cada uno suba a la biblioteca digital el material bibliográfico que tenga para que logremos compartir y enriquecernos mutuamente. Prometo, por mi parte, subir el material teórico sobre la puntuación; aunque necesito unos días ya que planeaba -si a Geo le interesaba- acercarle este apunte al taller sobre la fotocopia de mis resúmenes de facultad (resúmenes que, aclaro: están manuscritos). Pero dado que pueden llegar a serles de utilidad, me tomaré el trabajo de tipearlos, para que estén en nuestra biblioteca, al alcance del que los necesite.

Y ahora sí:
¡"PODÉIS IR EN PAZ…"!

Saludos y perdón nuevamente por tanta verborragia.

Vanesa

Los del Fondo, colectivo de escritores dijo...

Coincido con las virtudes que ya han señalado en el texto de Geo. Ha realizado un buen trabajo a partir con las figuras míticas para crear un mito nuevo. Son interesantes los paralelismos con el relato del minotauro: entendí al bosque como un laberinto en el que está perdido teseo y al hilo de la vida de ariadna como una referencia al hilo que ella usó para marcar la salida del laberinto del minotauro (tal vez quedaría bien señalar esto último explícitamente). Es sobre el estilo que podría hacer algunas objeciones. Aclaro primero que prefiero la prosa poética, matizada y detallista (proust, nabokov, cortazar)a la prosa seca y directa (Hemingway, Camus, Di Benedetto). Me gusta la unión de los dos géneros pero creo que esa unión tiene límites, porque en cierto punto la lírica y la poesía se vuelven incompatibles. La musicalidad y el ritmo son esenciales en la poesía, pero en narrativa son algo secundario: un cuento puede tener buen ritmo y mucha música pero si no tiene nada más entonces no creo que pueda considerarse un buen cuento. En la lírica están permitidas la ambiguedad y la plurisignificación, pero eso resulta molesto en una narración, y el texto de Geo, si bien tiene imágenes y metáforas muy bien logradas, también tiene otras que confunden un poco, conservadas tal vez en virtud del nivel poético del relato. En esto comparto la extrañeza de guillermo. Por ejemplo: la "estrella sin contorno" que busca Teseo, ¿es una estrella real que le permita orientarse o es ariadna? ¿Y por qué "sin contorno"? También "labios gruesos como los que no han besado nunca". ¿Hay relación entre el grosor de los labios y el número de besos que uno da? Y otra más:"alondra que se estrella como los astronautas" ¿Cómo se justifica esa comparación? Todo esto es demasiado subjetivo. En fin, repito: la poesía y la narrativa pueden ir de la mano, pero en un texto una debe subordinarse a la otra. Perdón por haber escrito mucho y por haberme detenido más en los aspectos negativosa del texto que en los positivos.
Pablo

G. dijo...

GEnte! Me permito corregir un post mío pasado que creo que fue malinterpretado. A mi entender, la extrañeza de este cuento (que no es para nada malo) no viene por el uso de ciertas repeticiones, sino por el modo en que trata a los personajes. Para mí la extrañeza significa indeterminación, letanía y un clima un tanto oscuro y denso. ESo me produjo algo que me hizo revisar la lectura más de una vez. Conseguir un clima así es un logro, tómalo como tal!

Saludos

Guillermo